viernes, 13 de febrero de 2009

A Maria Santissima...

"Prescindir de María es cerrar una puerta para la labor, siempre difícil, de descubrir a Dios". Jaume Camprodón.


Así que prescindir de María Santissima en este blog, y más especialemente en mi vida, sería como prescindir del más tierno y protector abrazzo maternal. Ese abrazzo sublime capaz de extraer como las abejas del panal, la dulce miel...y secar hasta la nada, esa abrumadora y amarga hiel que a veces por pesares invade a cada quien.

Tu silueta Dolce Madre, resulta a nuestros ojos como el resplandore del sol de tarde, ese que aunque este lleno de luz, a la vista nunca arde.

Tu solo roce, resulta incomparable pero tan indescriptible con palabras, que solo en lo interno de nuestro corazone podemos sentir sutilemente la esencia que te envuelve... la esencia que enalteces...la esencia que devuelves, Maria Virgen...por siempre Reina de los cielos...de la tierra y de los mares.

Quedate con nosotros día y noche... sobre todo cuando de menos personas o cosas creamos necesitar, y cuando cerradas las puertas al cielo creamos que están, porque será seguro cuando más de Tu compañia nuestras almas necesitarán. Acompañanos en la dicha...en cada éxito profesionale...sobre todo Santa Maria...celebra con nosotros, nuestra espiritualidade...como io se que lo harás. Porque Tu Madre Santa no te guardas nada de todo lo bello que tienes para dar.

Cada plegaria que hagamos a Dios...a Tu Amado hijo Jesús...y a Ti Madre Santissima, confiados creemos que Tú con dulzura al cielo elevarás.

Termino este escrito solo por hoy, con esta hermosa orazione que de otro hijo tuyo le nació seguro por inspiracione...:

"Bienaventurada, María!, porque aceptaste el extraño devenir de los acontecimientos en el excelso nacimiento de Nuestro Señor, en la humildad del silencio… Enséñame a no buscar las glorias humanas, sino sólo la de Dios".

"¡Bienaventurada, María!, porque, aturdida por haber perdido a tu divino Hijo en el templo, suspiste aceptar la Palabra del Niño, callar y confiar… Enséñame a escuchar, no sólo oír, y callar prudente ante los que, a veces, considero errores ajenos"…Gustavo Villapalos .


A María Santissima...Contigo de ida y Contigo de vuelta...por siempre también.